
Dieta y Hashimoto
La dieta juega un papel clave en la lucha contra muchas enfermedades. ¿Puede ser también importante en el caso de la enfermedad de Hashimoto? ¿Cuáles son los hechos y los mitos relacionados con la dietoterapia en esta enfermedad autoinmune de la tiroides?
¿Qué es la enfermedad de Hashimoto?
La enfermedad de Hashimoto es una enfermedad autoinmune de la tiroides, en la que el sistema inmunológico ataca su propio órgano, causando una inflamación crónica. Para que se desarrolle una enfermedad autoinmune, es necesario cumplir tres condiciones: predisposición genética, exposición a un factor desencadenante y permeabilidad de la barrera intestinal, lo que lleva a una alteración de la autorregulación del sistema inmunológico.
Dietoterapia en la enfermedad de Hashimoto – hechos y mitos
Gluten
MITO: Todas las personas con Hashimoto deben eliminar el gluten de su dieta.
HECHO: Las personas con Hashimoto deben hacerse pruebas para detectar la celiaquía o la intolerancia al gluten. Si existe sensibilidad al gluten, entonces es recomendable eliminarlo de la dieta.
La permeabilidad intestinal, uno de los tres factores que desencadenan la respuesta autoinmune, puede ser causada por el gluten, pero no es una regla. En las personas que no tienen sensibilidad al gluten, eliminarlo no traerá los efectos esperados. Además, puede contribuir a la deficiencia de nutrientes debido a una dieta demasiado poco variada.
Lácteos
MITO: Todas las personas con Hashimoto deben eliminar los lácteos de su dieta.
HECHO: Si la intolerancia a la lactosa o las proteínas de la leche de vaca (como la caseína o las proteínas del suero) coexisten con la enfermedad de Hashimoto, entonces deben eliminarse los lácteos de la dieta. En caso contrario, no es recomendable.
Al igual que con el gluten, eliminar los lácteos de la dieta solo se recomienda si hay sensibilidad a la lactosa o a las proteínas de la leche de vaca. Estos componentes pueden causar permeabilidad intestinal, lo que constituye una de las condiciones para que se desarrolle la enfermedad autoinmune. Eliminar los lácteos de manera injustificada puede llevar a deficiencias nutricionales en el organismo.
Soja
MITO: La soja afecta negativamente el funcionamiento de la tiroides.
HECHO: La soja puede afectar negativamente la función tiroidea en personas con trastornos tiroideos.
Los estudios muestran que el consumo de soja en personas sanas no afecta negativamente el funcionamiento de la tiroides. El consumo de soja debe ser controlado por personas en riesgo de deficiencia de yodo (por ejemplo, veganos, personas que limitan el consumo de sal en la dieta), personas que toman levotiroxina (conocida como Letrox o Euthyrox), así como personas con resultados límite de hormonas tiroideas y TSH. Entre la toma de L-tiroxina y el consumo de soja debe transcurrir un intervalo de 4 horas.
Goitrógenos
MITO: Las personas con Hashimoto deben eliminar completamente las verduras crucíferas de su dieta.
HECHO: Las personas con Hashimoto deben limitar el consumo de verduras crucíferas.
Las verduras crucíferas (como el brócoli, la col blanca, el coliflor) contienen goitrógenos, sustancias que interfieren con el metabolismo del yodo en el organismo. Sin embargo, también son una fuente de compuestos con acción antitumoral que tienen un efecto muy beneficioso para la salud. Por este motivo, no se recomienda eliminarlas completamente de la dieta, pero sí limitar su consumo a 3 veces por semana.
Yodo
MITO: Las personas con Hashimoto deben suplementar con yodo.
HECHO: La suplementación con yodo no es recomendable en la enfermedad de Hashimoto.
Aunque el yodo es un elemento esencial para el correcto funcionamiento de la tiroides, su ingesta en la dieta de las personas con Hashimoto debe ser controlada. La tiroides en la enfermedad de Hashimoto no puede utilizarlo adecuadamente, lo que puede llevar a un aumento de la respuesta autoinmune y a una intensificación de la inflamación de la tiroides.
Suplementación en la enfermedad de Hashimoto
Selenio
La mayor concentración de selenio en el organismo se encuentra en la tiroides, ya que forma parte del centro activo de las selenoproteínas, enzimas involucradas en el metabolismo de las hormonas tiroideas. Su deficiencia puede causar un agravamiento de la respuesta autoinmune y un aumento de la inflamación de la tiroides.
El requerimiento de selenio para un adulto es de 55 mcg/día.
Fuentes de selenio: pescado (especialmente halibut y bacalao), mariscos, legumbres, ajo y hongos, y la fuente más rica de selenio son las nueces de Brasil.
En el caso de las nueces de Brasil, el contenido de selenio varía significativamente dependiendo de su país de origen. Las que provienen de las regiones del norte de América del Sur contienen la mayor cantidad de selenio (aproximadamente 101 mcg). El contenido de selenio en las nueces de otros países es el siguiente: Bolivia ~ 8 mcg/nuez, Brasil ~18mcg, Perú ~ 32 mcg.
18mcg, Perú ~ 32 mcg.
Mio-inositol
Cada vez más estudios confirman la mayor efectividad de la suplementación de mio-inositol combinada con selenio, en comparación con el selenio solo, en el tratamiento de la enfermedad de Hashimoto.
En uno de los estudios participaron 168 personas, divididas en dos grupos. El primero tomaba 183 µg de Se en tabletas, mientras que el segundo tomaba tabletas que contenían 600 mg de mio-inositol y 83 μg de selenio. Este estudio confirma que el tratamiento con mio-inositol combinado con selenio reduce eficazmente los niveles de TSH y anticuerpos en Hashimoto, y también mejora el bienestar de los pacientes.
Vitamina D
La suplementación de vitamina D en nuestra zona climática es esencial para la mayoría de la población. Desempeña una serie de funciones muy importantes en el organismo, incluyendo el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, lo que es crucial en el tratamiento de Hashimoto. Para más información sobre la necesidad de suplementar vitamina D en la dieta diaria, lee aquí.
Omega-3
Los ácidos omega-3 son un tipo de ácidos grasos insaturados. La suplementación de omega-3 (ácidos EPA y DHA) puede reducir la inflamación y desempeñar un papel importante en el tratamiento de diversas enfermedades autoinmunes.
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